Se Arrienda

EXTERIOR: CERRO SAN CRISTOBAL, DIA

Gastón y Elisa recorren los senderos del parque metropolitano, bajo el sector de la virgen. Se miran, coquetean, hablan. Tratan de obviar lo tenso.

GASTON
Bien raro tu ex.

ELISA

Habló el más normal.

GASTON
Antes era más normal.

ELISA

¿Antes cuando...?

GASTON

Cuando tenía novia y amigos y dinero.

ELISA

¿Tú tuviste novia?

GASTON

¿Te parece imposible?

ELISA

No, pero es como extraño. No te viene.

GASTON

¿No me viene?

ELISA

¿Cómo se llamaba?

GASTON

Cordelia

ELISA

Bonito nombre, me gusta. Me cae bien.

GASTON

Pero si no la conoces. O quizás sí, estaba en la fiesta.

ELISA

¿La de pelo corto?

GASTON

Sí.

ELISA

Noté una vibra rara. Pero ella ahora tiene a otro. Lo quiere. Igual te quiso a ti. Harto. Me caen bien las minas que se la juegan.

GASTON

¿Y cómo sabes que me quiso?

ELISA

¿Y cómo te hubiera aguantado si no?...

Caminan. Sonríen. No hay más. Se miran, comen, coquetean. Por un momento perfecto, de puras miradas, la tensión acá debe ser insoportable para quien está viendo. Hay un momento de silencio, de sonrisas cercanas, miradas bajas. GASTON le desordena el pelo, le toca los labios con un dedo, ella lo muerde y se ríe. Es una niña. Él la acerca y la besa. Se besan.